EL MILITANTE SALTA-POR LIZI MEJÍAS.- La fecha del 14 de junio de 1982 se tiñe de ingratos recuerdos para los argentinos que vivimos aquellos días de la Guerra en Malvinas. Aquella jornada se terminaba la última de todas las perversas maquinaciones de la Dictadura militar cuando el gobernador de Malvinas, el general Mario Menéndez, en una actitud cobarde abandonaba Puerto Argentino dejando librada a su suerte a las tropas argentinas.
De aquella Guerra se pueden decir muchas cosas. Se puede criticar el motivo, la oportunidad y hasta la decisión de haberla acometido. Pero lo que JAMÁS se podrá poner en tela de juicio será la VALENTÍA, el CORAJE y el PATRIOTISMO de nuestros soldados.
Sin la experiencia ni el profesionalismo militar de los comandos ingleses, nuestros soldados defendieron sus posiciones en las Islas Malvinas con el valor que sólo antes de ellos lo hicieran los soldados de nuestros Ejércitos en los tiempos de la Independencia.
De allí que a ellos les quepa la Gloria ser los dignos herederos de la Gesta de la Independencia, porque aquel 14 de Junio no se perdió una guerra, sino la última de las Batallas por defender la soberanía de la Patria. De allí que hoy podamos decir con toda justeza que ellos son los protagonistas de la Gesta de Malvinas.
No es como dicen algunos que nuestros jóvenes dejaron sus vidas por defender un par de peñascos rocosos. Afirmar esto es negar una de las categorías más altas a la que puede aspirar un ciudadano: La Patria.
Y enseñaremos a los desprevenidos que la Patria, por su origen etimológica es la “Tierra del Pater”, es decir, aquello que recibimos en heredad. Nadie deja de defender su espacio de terreno heredado cuando el extraño lo invade para apropiárselo. Así, la Patria, es un concepto elevado que solamente lo comprenden los que la sienten y los que han vivido esa experiencia de estar en el frente de batalla defendiéndola.
Porque defender a la Patria es el acto de Amor más grande que puede realizar un ciudadano. Porque el soldado no lucha por odio hacia lo que tiene enfrente, sino por amor a lo que tiene detrás. Y a sus espaldas está su familia, sus amigos, sus valores y sus sentimientos más arraigados. Por todo eso se lucha cuando un enemigo avanza tras los bienes propios.
Luego, el 14 de Junio de 1982, apenas terminó mal un capítulo, el más importante del siglo XX, donde jóvenes argentinos fueron capaces de repetir la hazaña de aquellos que nos dieron la argentinidad. ¿Por qué elevar al juicio la derrota y no destacar el coraje de nuestros Veterano? ¡Si hasta el General Manuel Belgrano perdió en Vilcapugio y Ayohuma! Pero finalmente la Patria se construyó más allá de esas derrotas. ¡Si hasta el General San Martín fue derrotado en Cancha Rayada! Y recuperado liberó a tres naciones. ¡Si hasta nuestro General Martín Miguel de Güemes fue asesinado por cobardes traidores a la Causa de la Patria! Pero los invasores no pudieron trasponer la línea del Río Juramento.
La metáfora debe enseñarnos que la Patria es el objetivo más grande de todo ciudadano, y que más allá de los traspiés que los vaivenes del combate puedan dejar, la lucha continúa. ¡Y vaya que continúa!
Por eso, en esta hora, no hay que dolerse por el hecho histórico, sino formar junto a nuestros Veteranos de Guerra. ¡Nadie los llame “ex combatientes”! Porque para estos muchachos y sus familias la lucha continúa cuando son los referentes de la defensa moral y cívica de nuestra Soberanía atacada hoy por el neoliberalismo que viene por nuestro modo de Ser argentino.
Con la historia y sus muertos, lo mismo que como enseña el Evangelio cuando dice “Deja que los muertos entierren a sus muertos”, es un retazo de la memoria particular y popular. Eso quiere decir que la heridas no han de ser para lamentarse una vida, sino para recrear esa memoria y afirmar que los días de Malvinas fueron verdaderamente una Gesta y gloriosa.
Y en ese recuerdo hemos de mirar hacia nuestros Veteranos de Guerra y valorarlos en su extraordinaria dimensión de defensores de la Patria y hoy, de ejemplos que inspiren a todos a continuar las nuevas luchas con que esta guerra cultural que amenaza dejarnos sin país nos desafía.-