EL MILITANTE SALTA – REDACCIÓN. – El 29 de junio de 1987, se descubrió que el cadáver del expresidente Juan Domingo Perón había profanado y sus manos cercenadas y robadas, un hecho que sigue siendo un misterio y un episodio oscuro en la historia argentina.
Aquella jornada se descubrió que la cripta que en el cementerio de la Chacarita que guardaba los restos de Juan Domingo Perón había sido violentada y al cuerpo del tres veces presidente le habían cortado las manos. También se llevan su gorra y sable.
Una carta anónima enviada al Partido Justicialista exige el pago de 8 millones de dólares a cambio de las reliquias. El juez Jaime Far Suau se hace cargo de la investigación de este hecho que concita repudios unánimes.
Se tejen diversas hipótesis sobre el incalificable hecho, respecto de quiénes y por qué profanaron la cripta. Nunca se restituyó lo sustraído ni se halló a los culpables y Far Suau murió en un accidente de auto en 1988.
La mutilación de las manos de Perón se convirtió en un símbolo del conflicto político y la violencia que han marcado gran parte de la historia argentina. El incidente también refleja la profunda división y las tensiones alrededor del legado de Perón, que sigue siendo una figura polarizadora en la política argentina.