EL MILITANTE SALTA – REDACCIÓN. – La destrucción de la Unión Cívica Radical de Salta a manos de Miguel Nanni, desguazó a esa fuerza política dejando sin plafón a toda una dirigencia de peso y a la militancia en general. El fraude y el contubernio en beneficio propio realizado por Nanni para mantenerse en su puesto de diputado nacional repartiendo beneficios para sus más allegados, sumado a la ambivalencia de dirigentes como Rubén “Chato” Correa y otros de notoria venalidad, terminaron con el centenario partido en Salta.
La lista “ganadora” de las últimas “elecciones” realizadas en el radicalismo el pasado 12 de mayo no es que una pantalla para que Miguel Nanni continúe negociando el pequeño espacio de poder que tiene. Nanni, pretende negociar los últimos votos que le acercaría el disponer del sello de la histórica “Lista 3” radical, pero nada más. Después de Nanni, no hay nada más, porque él mismo es nadie, dicen en el radicalismo de paladar negro.
¿Y ahora?
La pregunta que se hace la dirigencia sólida del radicalismo que fue afectada por medidas arbitrarias como la suspensión y otras argucias pergeñadas por Nanni y sus cómplices, obliga hoy a todos esos cuadros que se distribuyen en toda la provincia a pensar en cómo continuar la militancia.
Una de las ideas que bulle en el ambiente es la conformación de movimientos municipales de orientación radical pero abiertos a todos los que buscan un espacio y no se sienten contenidos por las opciones tradicionales. La idea básicamente es abrir un ámbito de participación política donde sobre todo los jóvenes puedan iniciarse en la política. Esta idea ya está latiendo en por lo menos cinco municipios de la provincia donde se están realizando reuniones con referentes locales.
Juntos pero no revueltos
Evidentemente, las circunstancias políticas que están poniendo en riesgo la institucionalidad a partir de medidas del gobierno nacional que preocupan por su alcance, obligan a pensar nuevas estrategias. Desde ese sector del radicalismo en la diáspora, habría consenso en notables dirigentes en iniciar un diálogo próspero con sus pares del partido justicialista para pensar la política en proyección de futuro.
Queda claro -dicen- que no se trata de una incorporación sino de un espacio de diálogo abierto buscando las referencias doctrinarias comunes y los objetivos similares.
La conducción del PJ Salta, bajo la presidencia de Esteban Amat y el trabajo de apertura y reorganización de la militancia que está llevando adelante su vicepresidente, Gastón Galíndez, ofrece un terreno propicio para el encuentro de ideas y el diálogo político a fin de abrir nuevos espacios de pensamiento y discusión.
Con un radicalismo destruido y un PJ que busca reorganizarse, el encuentro de hombres y mujeres de ambos partidos viene en este momento a ser un intento serio de fortalecer a la democracia y organizar una estrategia común que pueda enfrentar los posibles abusos en que pudiera incurrir el gobierno nacional en su avasallamiento de principios y derechos.
Se puede decir que un nuevo tiempo político está amaneciendo.-