EL MILITANTE SALTA – POR ULTREYA MACMANI. – La competencia política suele ser despiadada, al punto de que nada es original, sino que se trata de rapiñarle una idea al otro, fritarla mejor y rellenarla para que tenga más sabor.
¡Ah, sí! En rincones distintos de nuestra querida Salta, donde los cerros se besan con las nubes y las cabras son más famosas que los propios políticos, dos municipios han decidido llevar la rivalidad culinaria a otro nivel. Los municipios de Vaqueros y Cafayate se han embarcado en una épica competencia digna de un guion de película: ¡El Concurso del Buñuelo versus el Festival de la Tortilla a la Parrilla!
Decimos esto porque Vaqueros ya comunicó oficialmente el evento, mientras sabemos que los funcionarios cafayateños tienen “in pectore”, lanzar como actividad invernal, el “Festival de la Tortilla”, a la parrilla, se entiende.
El intendente de Vaqueros, Daniel Moreno, pueblo que ya sorprendiera al mundo inventando la conversión del aceite usado de fritanga de milanga en un diesel para mover vehículos pesados, y que la ingratitud de la Academia de Suecia no ha premiado aún con el Nobel, (¿Seguirá el camino de Borges?), ahora propone un revolucionario “Plan Fiestita” para las vacaciones de invierno: Circo, Corsos de invierno y un Concurso del buñuelo.
Dicen que para montar el Circo no habría problemas porque Vaqueros aportaría los enanos y Cafayate, algunos ejemplares extraños que tienen en el gabinete.
Buñuelum et Circenses
Qué pequeño ha quedado Juvenal (100 a. de. C), con su “Panem et Circenses”, ahora la tecnología ha avanzado y el tradicional y el querido Buñuelo vaquereño, competirá con la Tortilla a la Parrilla de Cafayate, auspiciado por la intendenta, Rita Guevara, que promete regar la cosa con Fernet a precio de costo cafayateño -o de al costo de los cafayateños, ellos nunca se explican bien- y papas fritas y chizitos. El gobierno de la provincia, se habría comprometido a llevar una ambulancia de alta complejidad para evacuar a los posibles afectados por los productos vencidos que pudieran repartirse. ¡Pero qué va! Qué importan unos cuantos intoxicados si la masa se divierte.
That’s the problem: El problema es la masa
He aquí el meollo de la cuestión, diría la «philosophia prima», los intendentes de estos dos municipios, se hallarían frente a la “quaestio” del “Primus Alquimicus”, que determina que el eje de todo este asunto está en la masa. Pues debéis saber que se trata de entretener a la MASA.
¿Y con qué entretendrán a la masa o vulgo? ¡Pues con MASA!, la masa frita del dócil buñuelo, que además tiene como valor agregado la colaboración de la miel de caña, con lo cual se promociona otro producto originario, y la masa a la parrilla de la tortilla, que, en su variante rellena, requiere de jamón y queso, alentando a la industria porcina y láctea.
Por último, diremos que esto tiene una explicación científica, por supuesto, porque ya lo decía Einstein, con aquello de que “La masa y la energía son intercambiables, y que una pequeña cantidad de masa puede ser convertida en una gran cantidad de energía”. Ergo, la masa, ya convertida en buñuelo o en tortilla rellena, aporta energía al que la consume. Algo así, total, no hay que entrar en mucha explicación sobre E=mc2, porque justamente, estos dos intendentes tienen el mismo problema de masa que les ha fallado:
¡La masa encefálica!