EL MILITANTE SALTA – POR ERNESTO BISCEGLIA. – La escatología de la humanidad aún no está escrita, lógico, los eventos que componen el futuro aún no se han producido, todo se circunscribe a profecías, visiones -algunas muy serias- y mucho “Biri-Biri” de gurús y manochantas.

Ya lo señala el Libro del Eclesiastés: “Vanitas, vanitatem, Omnia vanitas” (Ec. 1,2). En una sociedad enferma de vanidad, todo es aparente, donde el vacío espiritual lleva a las personas a torturarse en la búsqueda insaciable de respuestas que no van a venir ni del couching ontológico, ni de las constelaciones, ni de los brujos del campo con el sapo panza arriba, sino que están ínsitas en la conciencia de cada uno pero no se las encuentra porque esa vanidad y ese orgullo de “ser” les impide la humidad de hallarse con sus propias miserias; en un mundo así deteriorado espiritualmente, todo es posible, hasta el “regreso de Jesús.”

La verificación de que el mundo está “gastando pólvora en chimangos” es muy sencilla: ¿Cuánto dinero invierten los pobres de espíritu en tratar de satisfacer sus vacíos existenciales? Cuando la felicidad y la plenitud espiritual ¡Son gratuitas! Basta ser sólo alguien de buena voluntad, es decir, buscar la bendición y la alegría que provienen de una vida vivida con rectitud y buenas intenciones y sobre todo con Esperanza. Porque la misión del cristiano es dar razón de su Esperanza (1Ped. 3-15).

Quien no tiene esperanza, necesariamente cae en esa búsqueda que será interminable, porque nada sacia al alma sino la vivencia existencial del encuentro con el Cristo resucitado, como declara San Pablo: “Si Cristo no resucitó, vana es nuestra fe” (1Cor. 15).

¡Pero Jesús ha llegado y está entre nosotros!

¡Aleluya Hermanos! ¡Jesús está con nosotros! ¡Y Él decidió que nuestro presidente sea, Javier Milei!

Para los inadvertidos, debo contaros que Jesús ya ha reencarnado en “Luciano”, y vive modestamente en Lanús (no sabemos si Este u Oeste) y declara de manera contundente: “Soy la reencarnación de Jesús y yo soy el que puso a Milei en el poder”.

Pero esta Parusía (Segunda vuelta de Cristo) viene con todo, porque para “Luciano o Jesús de Lanús”, Javier Milei “es la reencarnación del General José de San Martín”. Quien escribe estas líneas se está preguntando en este momento si acaso no será la reencarnación de Giordano Bruno. Para las autoridades de la Curía de Salta, parece que sí.

Ahora, desde Lanús, este “Jesús”, anuncia que también pondrá en la presidencia a Donald Trump, si los norteamericanos creían que se la llevarían de arriba, estaban equivocados.

Para mejorar la cosa, este “Jesús”, unirá las fuerzas de estos dos elegidos -Milei y Trump- junto con Nayib Bukele, para formar una tríada energética “que te la voglio dire”. El pobre Vladimir Putin, no sabe la que le espera.

Quien se ría de lo que estamos diciendo, simplemente es un “hombre de poca fe” (Mateo 14:28-31), por eso, junto con San Juan Pablo II y el profeta Isaías, decimos: “¡No temáis!, gusano de Jacob” (Isaías 41:10). Faltó que recordar que Trump -siempre al decir de “Jesús de Lanús”,  en tiempos en que Jesús de Nazaret andaba a pie esquivando piedras, era su tío y que Bukele es la reencarnación de Mahoma, por ahí quizás se pueda explicar la razia del salvadoreño contra las Maras, quizás pensaba estar repitiendo la campaña contra los infieles -Hégira (Hijra)-, hacia Medina. Quién puede saberlo.

Si algo le faltaba a este “Jesús de Lanús”, es que Él, encarna a todas las “Fuerzas del Cielo”, o sea, el tipo puede más que todos los Macabeos juntos (1 Macabeos 3:18-19). ¡Y Milei, acariciando y llorando a moco tendido ante el Muro de los Lamentos!

Ahora bien, el portentoso hecho de que Jesús haya reencarnado en Lanús, en el sufrido suelo argento, aunque no sabemos si de madre virgen o no, cosa que tampoco nos interesa porque las cuestiones de sábanas de los elegidos del Señor son como las apariciones, privadas; echa por tierra nada menos que el pontificado de Francisco que con estas revelaciones se comprueba que es un cismático e impío. Al final, ahora comprobamos que Milei tenía razón.

Porque si “Jesús de Lanús”, vino a poner a Milei en la presidencia de Argentina y a Trump en la de la Gran Democracia del Norte, y para colmo, su elegido es Bukele-Mahoma, el Papa Francisco, la Curia Romana, La Sacra Rota Romana, Los Dicasterios, las Comisiones Pontificias y hasta el cura de la parroquia del barrio, son poco menos que un yuyo. Todos infieles y anatemas.

Chau Francisco, porque por lo visto, quedaría demostrado que “Jesús” es fascista de derecha y el Papa es un zurdo kirchnerista, un apostata o quizás algo peor. ¿El Maligno que dijo Milei?

Hay que reescribir hasta la Biblia, porque el famoso pasaje de Mateo: “Tu est Petrus, et super hanc petram aedificabo Ecclesiam meam…” (Mt. 16-18) de la Vulgata, se va a los quinotos.

Nos está faltando saber ahora dónde hay que oblar el diezmo y a quién donar las propiedades para obtener una indulgencia plenaria que nos libre de la “Genna”. El olor a azufre no combina con mi loción Versace.  

Lo peor del caso, es que este tipo de “Enviados” se multiplican en las redes y la ignorancia espiritual (porque los hay titulados cuyos espíritus son analfabetos de Gracia), hace que cobren adeptos. Si Milei ganó la presidencia desde Tik Tok, ¿Por qué “Jesús” no puede iniciar su tiempo de prédica pública también desde las redes?

Ya clamaba Cicerón: “Oh Tempo, Oh Mores”, Tal vez olvidan que aquel primer Jesús, el de Nazareth, carpintero y no empleado público como este de Lanús, dijo: “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre” (Mt. 24-36).

Ahora… una duda nos hace tambalear la silla turca: Si efectivamente, este “Jesús de Lanús”, puso a Javier Milei en la Casa Rosada…

¿Tendremos que crucificarlo en la Plaza de Mayo?

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