EL MILITANTE SALTA – POR ERNESTO BISCEGLIA. – El mismo día en que se iniciaba la Convención Nacional Republicana, el ex presidente y candidato a la presidencia de los EE.UU., Donald Trump, anunció que quien lo acompañará en la fórmula que competirá con su par demócrata el martes 5 de noviembre, será el senador, James David Vance.

El dato político es que, James David Vance -conocido como J.D. Vance-, es en relación a Donald Trump que cuenta 78 años y al mismo presidente, Joe Biden, que tiene 81, un joven político, autor y empresario, nacido el 2 de agosto de 1984 en Middletown, Ohio; es decir ¡La mitad de la edad de ambos!

La elección de J.D. Vance, dice de la agudeza de un Trump que advierte los efectos del cambio global y entiende que generacionalmente está desfasado respecto del inmenso universo de votantes que componen los “Millennials”. Se trata de unir fuerza y experiencia, con edad, energía y talento. Una combinación que los analistas norteamericanos ya consideración “imbatible”, frente a un Biden que en el último discurso buscaba una silla imaginaria para sentarse.

¿Y nosotros, qué hacemos?

El ejemplo de Trump, en términos criollos, se alinea con aquel pensamiento del General Perón cuando hablaba del “Trasvasamiento generacional”, al cual no le prestaron ninguna atención porque la política argentina, en todo el país, sigue siendo manejada por los mismos que llegaron al mundo político jóvenes en 1983.

El caso toca particularmente al Partido Justicialista porque es el único en pie y que tendrá que enfrentar, precisamente, a los “Millennials” que votaron en masa y rabiosamente a Javier Milei.

Zorra como es, Cristina Fernández, vio que la política venía por esa avenida de captar a la juventud y ordenó bajar la edad para votar a los 16 años, pero en su perversa imaginación pensó que dándoles libertades irrestrictas la cuestión estaba resuelta y esa masa ululante la votaría ciegamente “ad eternum”. Se equivocó al elegir su sucesión, primero, con un zoquete como Alberto Fernández y luego pensando en que la democracia era una dinastía y que su hijo o Axel Kicillof podrían ser prospectos rentables. Los “Millennials” serán jóvenes, pero no son estúpidos.

Los resultados están a la vista: La enorme mayoría de los votos que consagraron a Milei en la presidencia provienen del target entre los 16 y los 45 años, en promedio. Y con otro antecedente novedoso que parece que la clase dirigente peronista no está leyendo: Milei no ganó en las urnas ¡Sino en los teléfonos!

Esa enorme masa de votantes de Milei no sabe absolutamente nada del peronismo, ni del radicalismo, ni de nada. En los estratos más bajos, las encuestas revelan que el rango entre los 16 a los 24 años en promedio, creen que Perón cruzó la Cordillera de los Andes y que Belgrano envió a River Plate a la “B”. Puede sonar exagerado pero sabemos que se aproxima en mucho a la realidad.

Entonces, el año próximo, el Justicialismo -insisto, porque los demás ya no existen-, enfrentará a La Libertad Avanza ya constituido como partido organizado en todo el país. Ese espacio tendrá un buen presupuesto de campaña, y sobre todo ¡Presentará candidatos jóvenes y caras nuevas!

En esas condiciones será muy difícil que las postulaciones que provengan del Justicialismo tengan oportunidad, porque primero, habrá que ver si tendrán los presupuestos de campaña a los que estuvieron acostumbrados. Milei será lo que se quiera, pero no es un advenedizo y ya vio esta estrategia por lo que mantendrá la rienda corta con las provincias en materia de dineros públicos. Luego, como el Justicialismo hoy ya no es un Movimiento y tampoco es un Partido porque no tiene capacidad de movilización de masas y esto porque no tiene dirigentes surgidos de las bases, sino que se ha convertido en una corporación política; luego, si no realizan un “movimiento onda Trump”, promoviendo desde ahora caras nuevas, la derrota puede ser de tal magnitud que corre el riesgo de terminar sus días electoralmente hablando.

Recomendaría estudiar el proceso Trump-Vance, avanzar hacia una mixturación de candidatos y pensar que la política cambió y el bolsón, las chapas y las zapatillas, ya no son contendientes para Tik Tok y los celulares.

No digan que no les avisamos. –

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