EL MILITANTE SALTA – POR ERNESTO BISCEGLIA. – Hemos dicho siempre que si no se estudia el fenómeno del peronismo, no se puede comprender la política contemporánea. Desde ese punto de vista diremos una vez más para los distraídos que dicen ser “peronistas” pero apoyan de manera insólita a regímenes dictatoriales de izquierda que, el peronismo, uno de los movimientos políticos más influyentes y duraderos en la historia de Argentina, ha pasado por numerosas transformaciones a lo largo de las décadas.

Sin embargo, ciertos principios fundamentales han permanecido inalterados, como el compromiso con la justicia social, la soberanía política y la participación democrática. En contraste, el apoyo del sector kirchnerista remanente en Salta al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela plantea una contradicción significativa con la esencia del peronismo. Este fenómeno puede ser analizado a través del «Síndrome de Procusto», una metáfora que describe la tendencia a forzar ideas y comportamientos para que encajen en un molde preestablecido, eliminando cualquier diferencia que no se ajuste.

Hoy, esos mismos que se rasgan las vestiduras frente a Javier Milei, son los responsables de que ese sujeto esté allí, porque el pueblo argentino reaccionó y se sacudió de encima al kirchnerismo que ya nos estaba hundiendo en la misma tragedia venezolana.

El Síndrome de Procusto en el Peronismo Salteño se evidencia en aquellos que no conformes con lo publicado en este Medio, por ejemplo, actúan invadiendo la privacidad de quienes se expresan en estas páginas, con una actitud indolente y autoritaria, propia del régimen venezolano que defienden.

El «Síndrome de Procusto»

Se entiende por tal, a un mito griego en el que Procusto, un posadero, ajustaba a sus huéspedes a la fuerza para que encajaran en sus camas, ya sea estirándolos o cortándoles las extremidades. Aplicado al contexto político, este síndrome ilustra cómo ciertas facciones pueden distorsionar los principios originales de un movimiento para que se ajusten a su agenda particular. En el caso del peronismo salteño, el apoyo al régimen de Maduro por parte del sector kirchnerista remanente parece una muestra de esta distorsión y sus seguidores pretenden que todos piensen como ellos, a su medida.

El Apoyo a Maduro: Una Contradicción Fundamental

El régimen de Nicolás Maduro ha sido ampliamente condenado por violaciones de derechos humanos, represión de la oposición, y gestión autoritaria. Este apoyo contradice los principios peronistas que, a pesar de sus múltiples interpretaciones, siempre han mantenido un compromiso con la justicia social y la participación democrática.

El Peronismo y la Democracia

El peronismo, desde sus inicios con Juan Domingo Perón, ha buscado incluir a las masas en el proceso político y económico, promoviendo una democracia participativa. Aunque ha habido críticas sobre el estilo autoritario de Perón, su gobierno se basó en elecciones populares y en la inclusión de los trabajadores y los sectores más vulnerables. En contraste, el régimen de Maduro ha sido señalado por suprimir elecciones libres, acallar a la oposición y manipular el sistema judicial para mantener el poder.

Justicia Social vs. Represión

Uno de los pilares del peronismo es la justicia social, que implica la protección y promoción de los derechos humanos y el bienestar de todos los ciudadanos. Las denuncias de torturas, desapariciones forzadas y represión en Venezuela son incompatibles con estos valores. Apoyar a un régimen que practica tales abusos socava la legitimidad del discurso peronista sobre justicia y equidad.

Soberanía Política y Manipulación Ideológica

El peronismo ha defendido históricamente la soberanía política, entendida como la capacidad de un país para gobernarse a sí mismo sin interferencias externas. Sin embargo, esto no puede justificar la aceptación de un régimen autoritario bajo el pretexto de antiimperialismo. La manipulación ideológica del kirchnerismo salteño para apoyar a Maduro, bajo la bandera de la soberanía, es un claro ejemplo del Síndrome de Procusto, donde se ajustan los principios peronistas a una narrativa que justifica la dictadura.

De compañeros a “compañeraje”

El término “compañeraje” es claramente una deformación del de compañero. Es la misma deformación ideológica que muestran los que aplauden un régimen fascista como el de Maduro.

Por eso, las contradicciones del compañeraje peronista en Salta, especialmente en relación con el apoyo al régimen socialista venezonlano, evidencian un desvío significativo de los valores fundamentales del peronismo. Utilizar el Síndrome de Procusto como marco analítico nos permite comprender cómo se intenta forzar una compatibilidad entre el peronismo y un régimen dictatorial, distorsionando la esencia del movimiento.

Para mantener la integridad y la relevancia del peronismo en el siglo XXI, es crucial que sus seguidores rechacen las prácticas autoritarias y reafirmen su compromiso con la justicia social, la democracia y los derechos humanos.