EL MILITANTE SALTA – REDACCIÓN.- La deserción escolar en Salta, donde el 14% de los alumnos del nivel secundario abandonan sus estudios, es una problemática multifacética que tiene sus raíces en factores sociales, económicos y estructurales profundamente arraigados. Aunque el sistema educativo es clave para el desarrollo de los jóvenes y su integración en el mercado laboral, la realidad en muchas regiones de la provincia muestra que el acceso a la educación no es todavía una realidad para todos.
Uno de los principales factores es la pobreza estructural. Muchas familias en Salta enfrentan serias dificultades económicas, lo que obliga a muchos adolescentes a priorizar el trabajo para contribuir a la economía del hogar por sobre la educación. La falta de ingresos estables no sólo limita la capacidad de las familias para adquirir útiles escolares, ropa adecuada o transporte, sino que también afecta su acceso a servicios esenciales como la alimentación y la salud, lo que condiciona el rendimiento académico y la continuidad en el sistema escolar.
Además, las desigualdades geográficas juegan un papel determinante. En muchas zonas rurales o apartadas de la provincia, las escuelas secundarias están alejadas de los hogares de los estudiantes, y la falta de transporte público adecuado o la infraestructura vial deficiente agravan esta situación. La falta de conectividad es otro factor importante, especialmente después de la pandemia, cuando se evidenció que muchos estudiantes no tenían acceso a Internet o dispositivos electrónicos para continuar con la educación remota. Esto genera una brecha digital que sigue afectando a los más vulnerables y aumenta las tasas de abandono.
Otro factor crucial es el entorno social. En muchos casos, los adolescentes crecen en entornos familiares y comunitarios donde no siempre se promueve la importancia de la educación o no se tienen los recursos para acompañar su proceso formativo. Las expectativas sobre la escuela se ven socavadas por la necesidad inmediata de sobrevivir, y muchas veces los adolescentes son empujados a ingresar al mercado laboral informal o a asumir responsabilidades familiares a edades tempranas.
En respuesta a estos desafíos, el Sistema de Alertas Tempranas (SAT), implementado por el Ministerio de Educación de la provincia de Salta, es un avance importante. Este sistema permite monitorear en tiempo real la asistencia y el rendimiento académico de los estudiantes, lo que facilita la identificación de aquellos en riesgo de abandonar la escuela. Sin embargo, estas herramientas tecnológicas necesitan estar acompañadas de un fuerte apoyo social, psicológico y económico para los estudiantes y sus familias.
También la provincia trabaja paralelamente con otras herramientas como el sistema de digitalización de la libreta de calificaciones, incorporado en Salta desde este año al Sistema Integral de Información Digital Educativa (SInIDE), que permite tener en tiempo real información referida a asistencia y rendimiento escolar en las distintas materias. El primer paso consiste en generar información para luego interpretarla.
Con la ayuda de inteligencia artificial, se identifica de manera anticipada a estudiantes en riesgo de abandono o que presentan dificultades en su desempeño académico, permite tomar decisiones preventivas y correctivas antes que esa situación se agrave, atendiendo a las particularidades del sistema educativo y los contextos socioculturales de la región.
Como se ve, las políticas públicas se han enfocado no sólo en detectar el abandono escolar, sino también en combatir las causas estructurales que lo generan. Esto implica invertir en infraestructura educativa, garantizar el acceso a servicios básicos, mejorar la conectividad y crear programas que apoyen a las familias más vulnerables.
Por todas estas razones, es fundamental promover la conciencia social sobre la importancia de la educación para romper el ciclo de la pobreza, construyendo entornos que acompañen a los estudiantes, no solo en las escuelas, sino también en sus hogares y comunidades.