EL MILITANTE SALTA – REDACCIÓN. – La asunción de Cristina Fernández en la presidencia del Partido Justicialista nacional, en lo que refiere al distrito Salta, plantea opciones que son de hierro. La clara opción asumida por el PJ salteño en la interna en favor de Ricardo Quintella frente al comando ahora de CFK, descoloca ciertamente al esquema partidario y abre dudas sobre su futuro inmediato que se torna incierto.

La primera consecuencia de la nueva presidencia del PJ nacional en el orden local es la partición de la mesa de conducción y por lógica, de la militancia (considerando que la halla). La presencia de Cristina Fernández como líder del PJ nacional, es un regalo político para hombres como, Sergio Leavy y Emiliano Estrada, por ejemplo, que utilizan ahora ese inesperado espaldarazo para consolidar el Partido de la Victoria que estaba casi extinguido y pelear por un espacio mayor en la consideración del peronismo salteño.

El discurso de Leavy y compañía, obviamente, pivotea sobre la crítica a las políticas del gobierno nacional y disparan sobre el gobierno de Gustavo Sáenz, tildándolo de colaboracionista del presidente, Javier Milei. Esto no es más que un oportunismo barato -se diría-, porque si lo comprenden, pero no conviene decirlo, la coyuntura informa que son tiempos de CONSENSO.

Si Gustavo Sáenz, asumiera una postura beligerante como animan estos representantes del kirchnerismo salteño, la única perjudicada sería la provincia y por lógica los salteños. Jamás este sector -muchos de los cuales viven del gobierno de Sáenz-, reconocerán el alto valor estratégico de la posición del gobernador de Salta, que dicho sea de paso, ya se ha convertido en un líder de la Región.

En un segundo lugar, el reciente lanzamiento de Ricardo Quintella, de una corriente interna de marcada oposición al kirchnerismo, se puede evaluar como una opción saludable al peronismo y a los argentinos en general, toda vez que se trata de oponerse a un proyecto político vencido. Esa es la paradoja dialéctica de Cristina Fernández que compara a la política de Milei, como un yogur, que tiene fecha de vencimiento, cuando son ella y La Cámpora, los que ya son historia.

Entonces, ¿El PJ Salta, reafirmará su posición de apoyo a Quintella, encolumnándose detrás de esta opción de militancia? La razón aconseja que sería lo más saludable en términos políticos para conservar vivo el espíritu más ortodoxo del peronismo y preservar la doctrina y los principios de Evita y Perón, pero al costo de la partición del PJ de Salta.

Esta opción, también tendría en su favor que al responder al liderazgo de Gustavo Sáenz, fortalecería a su Gestión y a la vez -armando una campaña en los términos que hoy se exigen, claro-, podría recuperar la vida militante del peronismo de Salta.

Por último, quedaría una tercera posibilidad que sería, una vez escindido el kirchnerismo del peronismo en Salta, la conducción del PJ salteño, considerara abrir el juego a un armado multipartidario, atento que en Salta los partidos políticos como tales ya no existen.

Esta opción vendría a renovar al peronismo colaborando con la restauración de la política, acercaría a sectores de la militancia, de los profesionales, de la empresa y de las fuerzas vivas en general, dándole una tónica de participación ciudadana efectiva y que en su conjunto vendría en apoyo de la gobernabilidad de la Gestión Sáenz, que será necesaria para sortear dos años venideros muy complejos en todo sentido; tanto en lo local, en lo nacional como en lo internacional.

Esta última posición –Una “Tercera Posición”-, sería una novedad política que se funda en el espíritu mismo del peronismo como Movimiento. Incluso más, en un supuesto de que la conducción nacional del PJ, decidiera intervenir el distrito, esta opción, vendría en salvaguarda del auténtico peronismo.

En definitiva, cualquiera de las dos últimas opciones, o un mix de ellas, entendemos, conviene a la salud política del PJ de Salta, del gobierno de Gustavo Sáenz, y de la política en sí misma. Porque de lo contrario, el fortalecimiento del kirchnerismo será una muestra provincial de lo sucedido a nivel nacional donde todo terminará, en vez de una militancia, en una revancha contra los que no piensan igual.

Y allí, habrán perdido todos. –

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