Los trenes mantienen la protesta que comenzó este lunes. El “trabajo a reglamento”, que consiste en no circular a más de 30 kilómetros por hora, que lleva adelante el gremio La Fraternidad en demanda de “mayores medidas de seguridad”, está provocando demoras y cancelaciones en los servicios ferroviarios urbanos.
Desde el Gobierno nacional consideraron como “extorsivas” las medidas de fuerza y las atribuyeron a la intención de negociar “un aumento salarial superior al que se firmó con el resto de los sindicatos ferroviarios”, indicaron fuentes gubernamentales.
La medida fue informada por el sindicato de La Fraternidad a través de folletos que fueron repartidos en las distintas estaciones, en las cuales se reclamaba por “mayores condiciones de seguridad” y se advertía que, debido a la “emergencia ferroviaria”, se estaba “ante una de las peores crisis ferroviarias”, según el texto.
En el folleto solicitan con urgencia, repuestos y reparaciones y obras en las vías para seguridad y confort, así como la actualización del sistema de comunicación y señales.
Fuentes gubernamentales señalaron por su parte que “esta vez no tomaron la decisión de ir a un paro, pero hacen esta medida de reducir la velocidad de los trenes, que es lo que más jode a la gente, con la excusa de que el sistema ferroviario está en emergencia”.