La Nación Argentina fue advertida. Amenazada. El video grabado por supuestos narcos encapuchados y difundido por altos funcionarios del gobierno nacional amenazando a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, al gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, y a ciudadanos de Rosario y Buenos Aires, enfrenta al país al horror que están viviendo otras naciones latinoamericanas que sufren enormes índices de violencia producto de la actividad de los cárteles del narcotráfico.
En ese contexto, voceros de seguridad explicaron que redoblarán los esfuerzos para que el Senado sancione la ley antimafia que los funcionarios de Casa Rosada tienen decidido incluir en las sesiones extraordinarias del Congreso Nacional.
Un horror que tiene su epicentro en México, donde se formaron los primeros grandes grupos internacionales del narcotráfico a finales de la década del ’80, y que Argentina no ha logrado frenar del todo aunque sus índices de asesinatos y violencia callejera no sean comparables con los de México, países de Centro América, Brasil, Venezuela, Colombia, Paraguay y Bolivia que viven una pesadilla permanente.
Un informe del sitio especializado Insihgtcrime.org indica que fueron claves para que no se asentaran poderosas pandillas del narco brasileñas en el país, el control de las cárceles y cierta preocupación por no perder el control de las calles. Pero el principal problema nacional continúa siendo, la corrupción.
El resumen de los expertos en crimen organizado radiografía al país e indica, “A pesar del prominente papel de Argentina como centro de lavado de dinero y punto de tránsito y consumo de drogas, el país no padece los altos niveles de violencia que afectan a otros países latinoamericanos. Aun así, la corrupción profundamente arraigada en varias ramas del Gobierno ha fomentado la criminalidad de manera persistente en el segundo país más grande de Suramérica”.