A pocos días de que el oficialismo mostrara su peor cara institucional (falta de quórum para la Ley de Ficha Limpia), han llegado excelentes noticias desde la justicia. El peligro, hasta ahora, era que Cristina Fernández de Kirchner (CFK) se presentara a las elecciones estando con condena firme en la causa Vialidad.

Esta semana, la Corte rechazó su pedido y habrá juicio oral por el nefasto memorándum con Irán, que provocó el asesinato de Nisman. Además, pese a todas las maniobras en contra, se fijó fecha para el juicio de la causa Cuadernos. También, un tribunal ordenó reabrir una causa por enriquecimiento contra la expresidenta. El raid delictivo del kirchnerismo está explotando en causas judiciales que tienen varios protagonistas y un denominador común: en todas está CFK.

Si no se sanciona la Ley de Ficha Limpia y CFK puede competir, podría ganar en algún distrito afín. Basta con recordar que, en las últimas elecciones, tras la catástrofe del gobierno de Fernández, CFK y Massa, Kicillof ganó en la provincia. Si CFK obtuviera un buen resultado, el gobierno recibiría un misil en la línea de flotación. La sola idea de que pudiera volver a haber un gobierno con CFK de protagonista demolería la confianza internacional e internamente le daría un balón de oxígeno enorme al PJ.

La idea de polarizar con CFK es idiota y peligrosa. La sanción de la Ley de Ficha Limpia es un imperativo moral y una coraza política para la Argentina. Pensar que se puede especular con la mafia es de amateurs. A la mafia se la aplasta y se la echa de la política.

CFK no es una política. Es una delincuente condenada y multiprocesada que necesita fueros y gobiernos para abastecer una estructura mafiosa que la sostenga. Imaginen el malgasto y el desastre de Kicillof en la provincia multiplicado por diez, con CFK como líder de la oposición y con un gobierno que termina en dos años. Sería el infierno y una señal de huida para los inversores. El papelón internacional sería inevitable.

NOTICIAS ARGENTINAS

Comentá con Facebook