Como un electrocardiograma, el vínculo del presidente Javier Milei con Mauricio Macri y el PRO durante su primer año de gestión muestra un recorrido zigzagueante.
El apoyo del fundador del partido amarillo de cara al balotaje, después del estrepitoso fracaso electoral de Juntos por el Cambio, fue fundamental para que se desplazara el voto antikirchnerista al polo de La Libertad Avanza.
Con todo, el bloque presidido por Cristian Ritondo en la Cámara de Diputados fue el principal aliado de La Libertad Avanza en el Congreso durante todo el año.
La lectura de Macri es que la gestión de Milei garantizaba «el rumbo correcto», y que era una obligación moral colaborar sin especulaciones para dar volumen político a un oficialismo minoritario e inexperto, así como evitar desviaciones antirrepublicanas.
El PRO no fue el único socio en este derrotero, pero sí el que aportó mayor cantidad de voluntades para engrosar la aritmética legislativa del oficialismo.