Mientras en la sede histórica de Azopardo, el consejo directivo de la Confederación General de Trabajo (CGT) debate la fecha en la que convocarán a un nuevo paro, en Casa Rosada se alistan para retomar contacto con los referentes dialoguistas que integran el triunvirato con la esperanza de intentar desactivar la medida.
El designado por el Ejecutivo para llevar adelante la gran hazaña es el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, de perfil moderado y el funcionario con mejor relación con los gremios.
Al momento, los dirigentes aglutinados en la central se debaten la posibilidad de concretar la huelga el 8 de abril, o posponer el llamado para algunos días después, el 10 de ese mes con una movilización el día previo.
De antemano, en Balcarce 50 consideran que el desafío que deberá afrontar Francos es “una tarea difícil”, e incluso ven poco probable la posibilidad doblegar la voluntad de la central.
“Vamos a intentar convencerlos esta semana que viene, pero no creemos que sea factible conseguir la postergación”, sostuvo una importante fuente de Gobierno.