El traslado del bingo de Ramallo a Ingeniero Maschwitz, en el partido bonaerense de Escobar, se convirtió en el centro de una fuerte controversia tras su aprobación exprés por parte del Concejo Deliberante y la oposición de agrupaciones vecinales. Sin embargo, el proyecto quedó en suspenso por cuestiones administrativas, ya que el Instituto de Lotería y Casinos de la provincia aún no autorizó la habilitación de la sala de juego.  

El Concejo Deliberante de Escobar aprobó en sesiones de fin de año una ordenanza que permite la construcción de un centro comercial de cuatro pisos en la intersección de la ruta 26 y la Panamericana, que incluiría locales gastronómicos, de entretenimiento y un hotel, además del traslado de la sala de apuestas de Ramallo.  

Vecinos y organizaciones ambientalistas expresaron su rechazo al emprendimiento, alertando sobre el impacto que podría tener en la comunidad.

El empresario Daniel Angelici, vinculado al sector del juego y con participación en el bingo de Ramallo, defendió la iniciativa y aseguró que el traslado de salas es una práctica habitual ante la caída de ingresos en algunas localidades. Según fuentes provinciales, el expediente está en proceso de análisis y aún no tiene fecha de resolución.  

La rapidez con la que se aprobó el proyecto despertó suspicacias en sectores de la oposición y entre los propios vecinos. Algunos señalan que detrás de la iniciativa hay intereses ligados al sector del juego, con Angelici como figura central. Aunque el ex presidente de Boca Juniors aclaró que solo posee el 25% del bingo de Ramallo, su nombre ha estado históricamente vinculado a la industria.  

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